La verdad revelada: El ex-líder de Google admite que no se lograrán los objetivos climáticos, según confidencias

La verdad revelada: El ex-líder de Google admite que no se lograrán los objetivos climáticos, según confidencias

En un impactante y sorprendente giro de eventos, un ex-líder de la gigante tecnológica Google ha reconocido que no se lograrán los objetivos climáticos previstos. Según confidencias reveladas, el ejecutivo ha expresado su escepticismo sobre la capacidad de la humanidad para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero establecidos en el Acuerdo de París. Esta Declaration tiene un gran peso, ya que Google es una de las empresas más influyentes y tecnológicamente avanzadas del mundo, lo que hace que esta admisión sea aún más preocupante para el futuro del medio ambiente.

La tecnología no es tan limpia: las empresas tecnológicas admiten que no alcanzarán sus objetivos climáticos

Las empresas tecnológicas han publicitado durante años su filosofía ecológica, pero parece que era solo una operación de greenwashing. Hoy, solo tienen ojos para el gran negocio de la inteligencia artificial. El medio ambiente y el cambio climático pueden esperar.

Todas las compañías tecnológicas se autoimpusieron objetivos de neutralidad en carbono para 2030 o 2035. Algunas, incluso, acercaron esas fechas, en una carrera por ver quién era la primera en dejar de contaminar. Son las empresas más ricas del mundo, ellas son las que deben dar ejemplo.

El negocio es lo primero

En 2024, ya tenemos claro que prácticamente ninguna gran tecnológica alcanzará sus objetivos climáticos. O bien eran puro marketing, o los han dejado en un segundo plano para abrazar el gran consumo energético de la inteligencia artificial.

Como suele ser habitual, todo el mundo ama el medio ambiente hasta que toca hacer algún sacrificio. Entonces, contaminar menos se convierte en opcional.

En el caso de las tecnológicas, ya no tienen problemas en quitarse la careta y reconocer que no van a cumplir esos objetivos medioambientales. Es lo que ha hecho el ex-CEO de Google, Eric Schmidt. No habla en nombre de la compañía, y quizá por eso es más sincero:

Schmidt no cree que haya que frenar la construcción de centros de datos para la IA, porque de todos modos no vamos a alcanzar los objetivos climáticos.

La inteligencia artificial, un gran consumidor de energía

La inteligencia artificial requiere un alto consumo de electricidad, que se va a ir incrementando con los años. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que en 2024 los centros de datos asociados a la IA consumirán diez veces más que en 2022.

El CEO de Arm, René Haas, calcula que los centros de datos de IA podrían requerir entre el 20 y el 25 por ciento de toda la red eléctrica de Estados Unidos en 2030, según cuenta Techspot.

Curiosamente, todas las tecnológicas están usando un mismo discurso común: la IA va a incrementar su gasto energético y a contaminar más, pero no hay problema: la IA nos ayudará a encontrar soluciones.

Google y Microsoft ya consumen más electricidad que 100 países, debido a la IA.

La IA como solución, pero sin concreción

En una conferencia en la AI Summit en Washington, el ex-CEO de Google ha dicho: Sí, las necesidades en este campo serán un problema, pero prefiero apostar porque la IA resuelva el problema a que lo restrinja.

Es decir, nuevas promesas lanzadas al viento, sin ninguna concreción. Por ahora, el único movimiento es usar energía nuclear, como va a hacer Microsoft. Una energía limpia, sí, pero peligrosa, como hemos visto hace no muchos años con el accidente de Fukushima.

La encrucijada de la IA y el medio ambiente

Las empresas tecnológicas se encuentran en una gran encrucijada con la IA. Construir centros de datos como si no hubiese un mañana, para no perder su parte del pastel. Y, al mismo tiempo, cumplir las promesas que hicieron para ser neutrales en carbono. Parece que ya han tomado una decisión.

La inteligencia artificial puede ser una herramienta poderosa, pero no podemos olvidar el impacto que tiene en el medio ambiente. Es hora de que las empresas tecnológicas tomen medidas concretas para reducir su huella de carbono y no solo hablar de greenwashing.