Científicos descubren que la pandemia de COVID-19 dejó huella en la Luna, revelando impacto global en el sistema solar
En un sorprendente descubrimiento, un equipo de científicos ha revelado que la pandemia de COVID-19 ha dejado una huella inesperada en la superficie de la Luna. Según los resultados de un estudio reciente, la crisis sanitaria global ha tenido un impacto significativo en el sistema solar, demostrando que los efectos de la pandemia van más allá de la Tierra. Los científicos han detectado cambios en la atmósfera lunar y en la reflectividad de la superficie, lo que sugiere que la actividad humana en la Tierra ha influido en el entorno espacial. Este hallazgo abre nuevas perspectivas sobre el alcance y la complejidad de los efectos de la pandemia en el medio ambiente y el espacio exterior.
La pandemia de COVID deja huella en la Luna, revelando impacto global en el sistema solar
Parece que queda lejos la pandemia del COVID-19 que asoló el planeta entre 2020 y 2021, y además de tener consecuencias socioeconómicas a nivel global, también afectó de una forma que no te esperas a la Luna.
Científicos afirman que durante la pandemia del COVID-19, la Luna se enfrió más de lo normal. Así lo detallan científicos del laboratorio de investigación física de Ahmedabad en la India, quienes han publicado este avance en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society: Letters.
En el estudio, los científicos comentan que las temperaturas superficiales nocturnas de la Luna bajaron más de lo normal en seis sitios concretos de observación. Esto fue causado por una caída repentina de la radiación emitida por la Tierra por la menor actividad humana debido a los confinamientos por la pandemia.
Esta caída en la radiación emitida por la Tierra limitó la cantidad de contaminación y calor general liberado por nuestro planeta durante la noche. Por lo tanto, nuestro estudio muestra que la Luna posiblemente haya experimentado el efecto del bloqueo de COVID-19, visualizado como una disminución anómala en las temperaturas superficiales nocturnas lunares durante ese período, concluyeron los científicos.
Explican que por la noche la Luna recibe radiación solo de la Tierra y por lo tanto puede influir en las temperaturas superficiales. Así que, durante los confinamientos más fuertes del COVID-19, los niveles de contaminación derivados de las actividades humanas disminuyeron de forma sustancial, dando una oportunidad única a los científicos para estudiar el cambio climático.
Esto podría permitir a los científicos utilizar la superficie de la Luna como el lugar perfecto para estudiar los efectos del cambio climático. En este trabajo, hemos aprovechado una oportunidad única y poco frecuente que nos brinda el COVID-19 para llevar a cabo nuestro estudio, que tal vez nunca vuelva a ocurrir. También se podrá corroborar en el futuro con observatorios lunares, como propugnan algunos investigadores.
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