¿Cómo planea Tesla hacer que sus robotaxis circulen solos?
La compañía de tecnología y automoción, Tesla, ha anunciado sus planes para lanzar una flota de vehículos autónomos, conocidos como robotaxis, que circularán sin la intervención de un conductor humano. Esta innovadora iniciativa tiene como objetivo revolucionar el sector del transporte público y privado, ofreciendo una experiencia de viaje más segura y eficiente. Para lograr este ambicioso objetivo, Tesla está desarrollando tecnologías avanzadas de inteligencia artificial y sensores que permitirán a los vehículos tomar decisiones autónomas en tiempo real. En este artículo, exploraremos los detalles de cómo Tesla planea hacer que sus robotaxis circulen solos y las implicaciones que esto tendrá en el futuro del transporte.
Elon Musk anuncia robotaxis sin supervisión en 2026, pero ¿están listos para la realidad?
Como seguramente ya te hayas enterado, Elon Musk, flamante CEO de Tesla, volvió a hacer de las suyas la semana pasada. En el evento We Robot, Musk anunció que Tesla lanzará una versión sin supervisión de su sistema de conducción autónoma FSD en Texas y California en 2025.
Pero eso no es todo: también prometió que los famosos robotaxis de Tesla, esos vehículos futuristas sin volante ni pedales, comenzarán a producirse entre 2026 y 2027. Sin embargo, y como ya ha ocurrido en otras ocasiones, Elon Musk siempre sueña muy alto y eso de que no haya conductores no va a ser tarea fácil.
¿Qué significa FSD sin supervisión?
Por un lado, hay que aclarar el concepto de FSD sin supervisión. Actualmente, el sistema FSD de Tesla requiere que un humano esté atento y listo para coger el volante en cualquier momento.
La versión sin supervisión podría ser dos cosas que aún no se han aclarado: un sistema completamente autónomo —Nivel 4— o uno que permita al conductor desatender la carretera por períodos más largos —Nivel 3. Parece una tontería, pero la diferencia es clave, ya que implica bastantes aspectos legales.
Regulaciones y permisos
En Texas, donde la marca tiene su sede, las regulaciones son bastante ligeras, por así decirlo. Básicamente, si el coche puede seguir las leyes de tráfico y está asegurado, Tesla podría lanzar su sistema actualizado con relativa facilidad. Pero en otras partes de EEUU —en la ecuación no entra siquiera países de la UE—, la cosa se complica.
Tesla necesitaría obtener varios permisos del DMV estatal, dependiendo de qué nivel de autonomía quiera implementar. Pero cuidado porque, por otro lado, está el tema de los robotaxis. Estas novedades chocan de frente con las normas federales de seguridad.
Exención especial de la NHTSA
Para producirlos en masa, Tesla necesitaría una exención especial de la NHTSA, algo que hasta ahora solo se ha concedido a un vehículo de reparto autónomo, no a coches para pasajeros.
A todo esto añadir que parece que la situación no es que sea muy positiva o se esté gestionando de forma rápida. Ya hay gigantes como General Motors y Amazon —a través de Zoox— que están esperando aprobaciones parecidas.
La NHTSA ha prometido nuevas reglas para acomodar estos vehículos del futuro, pero los plazos siguen en el limbo.
Reacción de los inversores
Siendo algo positivos, lo cierto es que precisamente esto explicaría por qué, a pesar del bombo y platillo del evento de Tesla, los inversores reaccionaron de forma contraria. Las acciones de la compañía cayeron un 10% al día siguiente, dejando claro que esto va para largo y por mucho que Elon Musk establezca fechas, las cosas de palacio van, en este caso, muy despacio.
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