- Sam Altman garantiza que OpenAI está a punto de alcanzar la superinteligencia artificial: ¿un próximo salto evolutivo o un avance sin control?
- Sam Altman: ¿El apóstol de la superinteligencia artificial o un visionario con intereses ocultos?
- La situación de OpenAI no es precisamente buena
- Un futuro utópico
- ¿En qué punto está la inteligencia artificial?
Sam Altman garantiza que OpenAI está a punto de alcanzar la superinteligencia artificial: ¿un próximo salto evolutivo o un avance sin control?
En un anuncio que ha generado gran expectación en el mundo de la inteligencia artificial, Sam Altman, CEO de OpenAI, ha asegurado que su empresa está al borde de alcanzar la superinteligencia artificial, un logro que podría suponer un salto evolutivo en la historia de la humanidad. Sin embargo, esta afirmación también ha generado inquietud entre los expertos, que se preguntan si este avance tecnológico podría escapar al control humano y tener consecuencias impredecibles. En este artículo, exploraremos las implicaciones de esta declaración y analizaremos los posibles riesgos y beneficios de alcanzar la superinteligencia artificial.
Sam Altman: ¿El apóstol de la superinteligencia artificial o un visionario con intereses ocultos?
Que el fundador de OpenAI y creador de ChatGPT, Sam Altman, hable bien de la inteligencia artificial es muy comprensible. Al fin y al cabo, vive de ella. Por eso no ha sorprendido a nadie que el polémico gurú tecnológico haya aprovechado su blog personal para hablar de algunas de las posibilidades que, en relativamente poco tiempo, podría ofrecer esta tecnología.
De alguna forma, Sam Altman incluso hace referencia a la llamada superinteligencia artificial. Pero no todo el mundo está de acuerdo con este idílico futuro. ¿Hasta qué punto todo lo que cuenta Altman se ajusta a la verdad y en qué medida no es más que una huida hacia adelante?
La situación de OpenAI no es precisamente buena
Conviene recordar, antes de nada, que la situación de OpenAI no es precisamente buena. ¿Está realmente OpenAI contra las cuerdas? Por mucho que la compañía OpenAI sea pionera en la inteligencia artificial (o al menos en llevarla al público en general), no da la impresión de que las cosas estén resultando sencillas para ellos.
En los últimos tiempos, los rumores de bancarrota se han mezclado con una espantada general de altos directivos, desde que el propio Sam Altman fuese despedido y luego readmitido de nuevo. Lo que se ve desde fuera de la empresa no parece demasiado tranquilizador, y lo que en ocasiones se filtra desde dentro, menos aún.
Un futuro utópico
Pero pese a todo, Altman asegura que, gracias a la IA, especialmente a los avances en el aprendizaje profundo, en el futuro se resolverán problemas complejos y se logrará conseguir una prosperidad sin precedentes.
Altman también predice que, en este futuro cercano, las personas podrán tener equipos virtuales de expertos, facilitados por IA, que les ayudarán a realizar tareas que antes eran imposibles, desde la educación personalizada hasta avances médicos y científicos. Lo mismo que ayudará a resolver problemas globales, como el cambio climático o la colonización espacial.
Sobre el papel suena perfecto, prácticamente utópico… quizá demasiado. En su visión, el fundador de OpenAI no parece prestar atención a los riesgos que podría traer consigo la IA. Que ya ha traído. No se trata de amenazas a los Terminator o Matrix, sino a una dura transformación del mercado laboral o a un aumento de la desigualdad todavía mayor entre ricos y pobres. Y esa realidad sí está ahí.
¿En qué punto está la inteligencia artificial?
Mientras muchos expertos parecen no ponerse de acuerdo en cuáles pueden ser los logros y los límites de la inteligencia artificial, también surgen voces contrarias: ni límites ni logros, la IA sería solo una burbuja, una moda pasajera, que se quedará en prácticamente nada. Y cada día esta visión es más común entre muchos especialistas, que lo comentan sin tapujos.
Por supuesto, Sam Altman tiene la hoja de ruta clara: seguir vendiendo esta tecnología como la solución a todos los problemas que uno se pueda imaginar. Al fin y al cabo, la ambigüedad en sus usos acostumbra a ser habitual en lo que se refiere a la IA. El problema es que, de la misma forma, también puede jugar en su contra. Y Sam Altman, claro, no deja de ser parte interesada.
¿Qué piensas sobre el futuro de la inteligencia artificial y las promesas de Sam Altman? ¡Comparte tus opiniones en los comentarios!
Etiquetas: Inteligencia artificial
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