En un llamado a la precaución, la Guardia Civil ha lanzado una alerta a la ciudadanía sobre los riesgos de aceptar a desconocidos en redes sociales. En la era digital, donde las plataformas sociales son una parte integral de nuestra vida diaria, es fundamental ser conscientes de los peligros que se esconden detrás de una solicitud de amistad o un mensaje directo. La infiltración de ciberdelincuentes y la estafa en línea son solo algunos de los riesgos que pueden derivar de una aceptación precipitada. Es hora de ser cautelosos y verificar la identidad de aquellos que nos piden conexión en línea. ¡A continuación, te contamos más sobre esta importante advertencia!
Cada vez es más habitual encontrarse con el término “seguridad digital”. Es decir, tener cuidado con lo que se hace en el mundo de Internet. Y, por supuesto, no es casualidad: los engaños de todo tipo aumentan cada vez más alrededor de la tecnología: WhatsApp, Wallapop, Amazon… Nada parece librarse de los ciberdelincuentes, y mucho menos las redes sociales.
Aunque para la mayoría de la gente estas últimas suelan ser una forma de entretenerse y alimentar el ego compartiendo publicaciones con los demás, a ojos de la Guardia Civil resultan algo muy diferente: pierden su inocencia y se convierten en una seria amenaza. Es natural, puesto que en su caso están siempre atendiendo incidentes de estafas provocadas por aceptar a un desconocido.
En realidad no existe una única estafa que se produzca a través de redes sociales, igual que tampoco existe un solo caso de phishing o un engaño exclusivo que se lleve a cabo por medio de las aplicaciones de mensajería instantánea. En cambio, al menos en el caso de las redes sociales, los timos sí suelen tener un denominador común o punto de partida compartido: una solicitud de amistad.
Esta circunstancia es sencilla de comprender. Muchos ciberdelincuentes se han dado cuenta de un hecho incontestable: no hay mejor forma de estafar a alguien que ganándose su confianza. Puede ser algo que lleve tiempo, es cierto, pero siempre tiene el mismo fin: quedarse con tu dinero. Y, a juzgar por lo que dicen las autoridades, en una estrategia que funciona.
Hay que partir de la base de dos cosas: mucha gente se encuentra bastante sola (no todos, pero hay muchos usuarios que recurren a las redes sociales, por eso, en el fondo) y las relaciones románticas a través de Internet están a la orden del día. Los estafadores se aprovechan de ello para, después de haberse ganado la confianza de alguien mediante mentiras, pedirle su dinero.
Además, hay otra cosa fundamental en las que las estafas no han variado desde los tiempos del clásico tocomocho: la mayoría de la gente piensa que se trata de amenazas que les suceden a los demás, pero que nunca les podrá pasar a ellos mismos, son demasiado inteligentes para eso. No obstante, cada día el número de casos se incrementa de manera sustancial.
Lo mejor es desconfiar
Algunas veces el desconocido que te pide solicitud por Facebook, Instagram o donde sea (no hay que olvidar que WhatsApp, YouTube o LinkedIn son también redes sociales, aunque a veces se piense que no) no tiene por qué ser un desconocido. Está a la orden del día que los estafadores se hagan pasar también por influencers, actores o cantantes famosos para engañar a sus víctimas.
Al final, la Guardia Civil es muy certera al respecto: nunca se puede estar del todo seguro de quién está al otro lado cuando agregas a alguien en una red social. Por eso, conviene desconfiar, en especial en aquellos casos en los que te pidan información personal, detalles privados o, sobre todo, dinero.
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