- Tus recuerdos en forma física: ¿por qué no es una buena idea desechar tus CD y DVD antiguos?
- ¿Por qué no deshacerte de tus CD y DVD antiguos?
- Beneficios ocultos de la música y el cine en formato físico
- La calidad del sonido y la imagen
- El coleccionismo y el valor de los productos físicos
- La experiencia de consumo
Tus recuerdos en forma física: ¿por qué no es una buena idea desechar tus CD y DVD antiguos?
En la era digital en la que vivimos, es común desechar aquellos objetos que consideramos obsoletos, como los CD y DVD antiguos que ocupan espacio en nuestros hogares. Sin embargo, estos objetos pueden ser mucho más que simples recuerdos del pasado. En ellos se encuentran nuestras memorias más queridas, nuestras favoritas canciones y películas, y nuestra historia personal. En este artículo, exploraremos las razones por las que debemos conservar estos objetos y no dejar que se pierdan en el olvido.
¿Por qué no deshacerte de tus CD y DVD antiguos?
Es obvio que hoy en día el streaming y las descargas están imponiéndose cada vez más al formato físico tradicional. Sus ventajas son evidentes, ya que así el entretenimiento no ocupa espacio y resulta rápido y accesible de consumir. No obstante, tampoco faltan aquellos que advierten de los peligros de confiar exclusivamente en el contenido en línea.
Beneficios ocultos de la música y el cine en formato físico
En realidad, si uno se fija en profundidad, existen razones por las que no deberías deshacerte de tus discos ni DVD antiguos. Por mucho que estos formatos puedan parecer obsoletos, en realidad esconden beneficios que tienden a pasarse por alto con demasiada frecuencia.
El sentido de propiedad es uno de los motivos principales por los que debes conservar tus productos físicos. Al poseer algo tangible, desarrollas un cierto sentido de propiedad que, en el mundo digital, se pierde. Pero un sentido de propiedad que, si se analiza, está totalmente fundado.
La desaparición de una película o un disco en una plataforma de streaming o de Internet puede hacer que dejes de tener acceso a estos artículos. Además, cualquier persona, en un momento dado, puede “meter mano” en la obra, es decir, que si por la razón que sea (la censura, por ejemplo) se quiere cambiar cualquier detalle de una obra clásica, ya te será imposible acceder a ella como fue concebida en su momento, a no ser que dispongas del DVD o disco original.
La calidad del sonido y la imagen
Por supuesto, también conviene hablar de calidad. Cualquier amante de la música, por ejemplo, sabe que la calidad del sonido de los discos de un CD es superior en comparación con muchos formatos digitales. Y lo mismo sucede cuando se trata de la mayoría de películas. Disfrutar de ellas en DVD o Blu-Ray suele ser una experiencia superior a hacerlo en streaming.
El coleccionismo y el valor de los productos físicos
Antes se ha mencionado de pasada el tema del coleccionismo, pero tampoco se trata de un asunto baladí. Muchos videojuegos antiguos llegan a alcanzar hoy en día los cientos o incluso miles de euros en el mercado de segunda mano. Incluso algunas cintas de VHS, que parecían condenadas a la desaparición más absoluta con la llegada de nuevos formatos, se han revalorizado de manera sorprendente.
Por no hablar de los propios vinilos, que perdieron vigencia ante la llegada del CD (más resistente, más pequeño y con mejor sonido, al menos para muchos) y que de un tiempo a esta parte han regresado con una fuerza inesperada. Si ambos formatos lo han hecho, ¿por qué no podría suceder lo mismo con el DVD o con el CD?
La experiencia de consumo
Finalmente, tampoco hay que olvidar que el proceso de comprar algo e incluso tocarlo para ponerlo en un reproductor, genera una recompensa mayor para cualquiera que, simplemente, acceder a un contenido online. Como suele decirse en estos casos, la vía más rápida no siempre resulta la más placentera, ni la que más se recuerda después.
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