- Un padre amoroso crea 300 juguetos a mano para distraer a su hija de la pantalla y fomentar su creatividad
- Un padre amoroso construye juguetos para distraer a su hija de la pantalla y fomentar su creatividad
- La división de opiniones en las redes sociales chinas
- El eterno dilema de los niños y el móvil
- Zhang, un padre diferente
- Los juguetes caseros de Zhang
- La fama en las redes sociales
- La difícil decisión de los progenitores
Un padre amoroso crea 300 juguetos a mano para distraer a su hija de la pantalla y fomentar su creatividad
En un esfuerzo por distraer a su hija de la pantalla y fomentar su creatividad, un padre amoroso y creativo ha tomado la iniciativa de crear 300 juguetos a mano para ofrecerle a su pequeña una alternativa más saludable y estimulante. Esta iniciativa no solo busca reducir el tiempo de pantalla, sino que también busca desarrollar la imaginación y la curiosidad de su hija. Con este gesto, el padre espera incentivar el juego creativo y fomentar el desarrollo cognitivo de su hija, alejándola de la adicción a las pantallas y acercándola a un mundo de imaginación y diversión.
Un padre amoroso construye juguetos para distraer a su hija de la pantalla y fomentar su creatividad
Un ciudadano chino de 35 años llamado Zhang, se ha hecho viral en redes sociales por dedicar sus ratos libres a construir más de 300 juguetos para su hija, con el objetivo de que no use el móvil ni la tablet.
Lo que impresiona de este esforzado padre, es que todos los juguetos los ha construido él mismo en su tiempo de ocio, que dedica al 100% a esta tarea. Está obsesionado con que su hija no se enganche al móvil ni la tablet.
En las redes sociales chinas, hay división de opiniones. Para muchos, Zhang es el mejor padre del mundo. Otros piensan que no hay que llegar a esos extremos, y que con educar a su hija para que solo utilice el móvil o la tablet un rato, es suficiente.
El eterno dilema de los niños y el móvil
En China, los niños comienzan a manejar los móviles y las tablets a edad muy temprana. Allí es común ver a niños de 2 o 3 años entretenidos con la tablet. Los padres chinos son mucho más permisivos con la tecnología que en Occidente.
Además, en la mayoría de las familias tanto el padre como la madre trabajan demasiadas horas, así que lo más sencillo es que los niños se entretengan con las pantallas, para que no den guerra.
Zhang, un padre diferente
Zhang es un padre de 35 años que vive en Zhengzhou, en China. Al contrario que otros progenitores, a él no le gusta que su hija Nini, de apenas 3 o 4 años, use tecnología a tan temprana edad.
Zhang comprobó que Nini pasaba demasiado tiempo enfrente de las pantallas, así que decidió hacer algo para competir por su atención.
Si no dejo que mi hija use el móvil o la tablet, necesita actividades alternativas que la entretengan. Los juguetes son ideales para un niño de unos tres o cuatro años, explica en una entrevista que recoge el medio local chino South China Morning Post.
Los juguetes caseros de Zhang
Así que decidió construirle juguetes. Pero no la típica muñeca o el típico caballito de madera. Zhang construyó un tren que recorre todo el tejado de la casa. También una puerta que se convierte en una versión mecánica del juego Tetris, y un disfraz de robot de madera.
Transformó los enchufes de la casa en agujeros del ratón Mickey decorados con miniaturas, y construyó el espectacular dragón de tres metros que puedes ver en la foto de apertura, con una tubería y tres mil piezas de papel, que fue pegando una a una.
Zhang sube sus juguetes caseros a la red Douyin, en donde acumula más de 3 millones de seguidores. Para muchos es un padre ejemplar, que cualquier niña querría tener. Otros piensan que se ha obsesionado demasiado con el tema.
La difícil decisión de los progenitores
Para los progenitores, es muy difícil decidir cuándo los niños pueden usar pantallas. Cada uno emplea diferentes trucos para retrasar el momento y evitar la temida adicción a los móviles. La solución de este tenaz padre chino, no está al alcance de cualquiera. Construir 300 juguetes a mano exige tiempo y habilidades que la mayoría de los padres no tienen.
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